miércoles, 11 de julio de 2012

El día de la infamia


Ese es el titulo con el que los estadounidenses denominan al aniversario del ataque japonés a Pearl Harbour, el 7 de diciembre de 1941. Desde el día de hoy, 11 de julio de 2012, esta fecha pasará a ser recordada en la historia de España como el día en el que el Partido Popular y su gobierno, dirigido por Mariano Rajoy, consumaron el golpe de gracia al Estado de Derecho y protagonizaron el mayor ataque de clase dirigido a acabar con los derechos sociales y laborales de todos los españoles.

Mentir es probablemente el peor de los defectos posibles en una persona, y ninguno estamos libres de esta falta en algún momento de nuestras vidas. Pero que un político mienta y que lo haga para obtener votos, a pesar de que nos hayamos acostumbrado al hecho, es gravísimo. Supone que tiene la intención de perjudicar a quienes le votan, incumpliendo lo que promete, y que por lo tanto, no es una persona honrada.

El Partido Popular siempre ha tenido entre sus filas elementos no democráticos y entre sus objetivos ideológicos hacer lo que está haciendo: desmontar el Estado de Derecho y entregarlo a las grandes empresas, lo que en España viene a significar grandes familias. Las mismas familias que sacaron beneficio de la Guerra Civil y de la dictadura y las mismas familias que llevan siglos impidiendo que este país prospere.

Lo único que le ha faltado siempre al PP, y que ha sido común a la derecha de este país durante siglos, han sido arrestos. O valor. O cojones. Llámenlo como quieran. Sólo actúan cuando tienen garantizado el éxito, bien por las armas, bien por las coyunturas. Así lo  han venido haciendo desde el S. XIX.

El Partido Popular sabía que su oportunidad para llevar a cabo su programa oculto estaba en esta crisis tan lamentable que padecemos, y en la aún más lamentable gestión que de la misma hizo el PSOE de J.L. Rodríguez Zapatero. Por eso mintió en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2011 y por eso hizo lo mismo en las generales de noviembre.

Necesitaba convencer a la gente de que ya no era un partido de derechas neoliberal, sino un partido de centro-derecha y moderado, al uso de la democracia cristiana europea, con la que nunca ha tenido nada en común.

Y mintió. Mintió con descaro durante meses, presionando a un Gobierno socialista mezquino, cobarde y maniatado por sus grandes intereses como partido. Mintió con descaro durante la campaña electoral, recorriendo el país para asegurar que ellos no, que nunca harían lo que el PSOE estaba haciendo. Y ha estado mintiendo durante estos 6 meses, aplicando recortes brutales mientras las clases altas, porque las clases querido lector existen, siguen intocables en sus paraisos fiscales, y ven incrementados sus privilegios, incluido el hecho de que ellos no tienen porque cumplir la ley. 

Hoy han dado un paso más. Ya no es necesario seguir mintiendo. Ya se sienten lo suficientemente fuertes como para continuar sin disimulos ni cortapisas. Lo de hoy es sólo el principio. Después vendrán otras cosas, como el pago en Hospitales o consultorios médicos, la desaparición de la escuela pública como la conocemos o la destrucción definitiva de los derechos laborales de todos los trabajadores de este país.

Y eso pasará si seguimos consintiéndolo, porque, como dijo Gandhi: “Cuando una ley es injusta, lo correcto es no obedecerla”...


¿Es nuestra obligación obedecer a un gobierno que alcanzó el poder de una forma injusta?